
Hace unos meses, el 21 de diciembre de 2024, el almirante Bernard Antoine Morio de l'Isle nos dejó para lo que los submarinistas llaman modestamente su última patrulla. He querido rendirle aquí un último homenaje relatando las circunstancias que me llevaron a cruzarme con él y su contribución al descubrimiento del pecio del Minerve (biografía en francés).
Era el 27 de noviembre de 2018, día de los submarinistas franceses.
Desde hacía ya algunas semanas, había logrado movilizar a los medios de comunicación en torno al deseo de las familias de relanzar la búsqueda abandonada desde 1970 para descubrir los restos del submarino desaparecido desde hacía 50 años. La respuesta que recibí del Ministerio de las Fuerzas Armadas no fue favorable. El temor a que fracasara una nueva campaña inclinó la balanza a favor de rechazar la petición de las familias.
Sin embargo, en un gesto poco habitual en un civil sin responsabilidades oficiales, fui invitado a intervenir en la ceremonia ante el monumento nacional a los submarinos en Toulon, por iniciativa del ALFOST (comandante de las fuerzas submarinas y de la fuerza estratégica oceánica), almirante Bernard Antoine Morio de l'Isle.
Pronuncié un discurso en el que expresé la determinación de las familias, que esperaban la reanudación de la búsqueda para poder hacer por fin el duelo, a pesar del medio siglo transcurrido desde la desaparición de La Minerve. También mencioné el reciente descubrimiento de los restos del submarino argentino San Juan, hallados unos días antes tras un año de búsqueda ininterrumpida (texto de las intervenciones).
El siguiente orador fue el almirante Morio de l'Isle. Parte de su discurso respondía al mío. Expresaba la posición oficial del Ministerio. Fue más positivo que los ecos que había estado escuchando.
Sin embargo, unas horas más tarde, en el cóctel que siguió a las ceremonias, en privado, el mismo almirante Morio de l'Isle dio muchos consejos sobre la mejor manera de proseguir la lucha por la reanudación de la búsqueda.
Me di cuenta entonces de que las fuerzas submarinas en activo estaban de mi parte, y que él era el primero en ayudarnos a tener éxito en nuestra búsqueda. Entre bastidores, los submarinistas trabajaban para ayudarnos. Había una esperanza real.
Siempre le he estado agradecido.
Hervé Fauve
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